acabamos de nacer con
un hueco en la cara lleno de niebla
y llanto
largamente custodiado por dos gotas de frío
largamente desposeído de la risa
porque ya no había más remedio que enfrentarse decididos
al acoso de la bilis que caía tras nuestros cuerpos
y vencerla y expulsarla
acabar de una vez con sobresaltos y escarbar en las noches
para encontrar algo de luz
pero acabamos de nacer digo y me alegro de que tú
puedas reír y puedas llorar a una
es decir
tengas la fuerza suficiente para entablar batalla
al viento a la escarcha a los pájaros
que acechan tu sonrisa y
no rendirte no te rindas
ya un poema es poca cosa
tantas cosas hay que hacer con las manos
pero vaya este verso decidido en brindarte
el último vuelo de gaviota o el penúltimo aleteo de un
pez juguetón donde los haya
y todo porque vayas levantando cabeza a pies juntillas
y camines
eso y camines
quizá sea ésta la palabra clave y camines
lo ves
hoy me trajo alguien un dedo hasta la punta
de la nariz y me dijo casi casi temblando
no llores que estás muy feo
y comunitariamente hablando a esto hay que llamarle cariño
es decir donde menos lo esperas salta la liebre
es decir donde menos lo esperas salta el abrazo
el mundo está hecho para que
todos soplemos hasta hartarnos
y veamos el gesto solidario sin muros que lo impidan
aunque a veces escondamos nuestras caras y no aportemos
donde pongas tu risa insisto tu risa
pondrás un ladrillo más una ola más una caricia más
un trozo de tiza más un gesto más un brazo más una gota más
pondrás por ejemplo un paso más
para que mañana los ojos de un niño
sean dos cisnes chapoteando en un estanque
o dos manos apretadas
o cuarenta voces gritando somos liibreeees
para que mañana un gorrión se acuerde de ti aunque
sólo sea un gorrión y tú una espiga
así de diminuta.
Ernesto Loeches, (Madrid, 1956).
Estos versos están prestados del libro “poesía en camino”, (1977), publicado por el grupo de escritores y poetas que editaban la revista de poesía “Nos queda la palabra”.
Según nos cuentan en el prólogo, este libro nació de la ilusión por editar una obra colectiva de poetas desconocidos y de alguna manera luchar contra el coto cerrado del mundo editorial. Así, después de estudiar el material disponible y hacer una selección de los autores, entre todos los integrantes del grupo, consiguieron elegir los ocho nombres que estarían en el libro. Poetas como Alfredo Buxán, Manuel Hurtado, Ernesto Loeches, Alfonso Lucini, Ana del Olmo, Carmelo Sancho, Rosendo Solé y Gerardo Torres ocupan las páginas y nos dejan como resultado “este manojo de poemas”.
En este blog también hemos encontrado un hueco para la poesía, y os dejamos una que nos gusta y que a pesar del paso de los años, las palabras siguen estando tan vivas, incluso, tan actuales, que merece la pena poder disfrutarlas hoy, aquí, “a diez de agosto de este año. Verano.”